
Esa semana
Esa fatídica semana en la que todo se paró. Tu corazón. Mi vientre. La vida. Esa semana en la que mi futuro se desvanecía y ya nada sería como había soñado. Esa semana que quedó grabada a fuego en mi alma para siempre. Esa semana. La 31 es la mía. Es una interrupción de embarazo, me dicen. Sin casi entender qué quiere decir aquella doctora con eso, mis ojos asienten. Mi mente no lo entiende. Mi corazón sí, porque rompe a llorar y a berrear, y a doler. Ya está. Se ha acabado.

Estoy bien
¿Cómo lo llevas? Suele preguntarme mi entorno (refiriéndose a mi nuevo embarazo). - Bien, bien - suelo contestar. Y miento. Miento cada vez que alguien me suelta esa pregunta protocolaria sin ganas de realmente escucharme... Bueno, quizá quieren escucharme y soy yo la que no quiere oírse. Porque sí, tengo miedo. Tengo pánico. Tengo terror. Y tengo amor. Tengo confianza. Tengo ilusión. Y es que hasta hace poco creía que poseer mucho de los 2 polos era imposible. Gracias a la